El hombre siempre ha buscado algún elíxir que perpetúe la vida, que promueva la juventud, en un intento por rehuir a la muerte, al dolor, al desgaste físico y mental. Quizá por ello el género de salamandra conocido como Ambystoma ha causado gran admiración en los hombres, ya que es capaz de regenerar su cuerpo y hasta sus órganos.

En el mundo hay 659 especies de salamandras; de éstas, “17 se encuentran únicamente en México y 4 pueden conservarse en estado neoténico, es decir, pueden reproducirse en su estado larval debajo del agua y mantenerse así hasta la muerte”. En este grupo es donde entran el ajolote (Ambystoma mexicanum) y el achoque (Ambystoma dumerili)”. Ambas especies son los organismos con la mayor capacidad de regeneración celular entre los vertebrados, según la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tenología (Conacyt).

Estos peculiares “primos” son capaces de regenerar sus miembros, pero incluso órganos internos, cuando estos son deteriorados. Por ello han figurado en el imaginario colectivo desde época prehispánica como figuras de leyendas y admiración.

Son, además, una singularsísima especie de salamandra que ha “quedado a medio camino”, en cierto estado larvario, y por ello tienen la capacidad de vivir en el agua. El ajolote es el más conocido, endémico de Xochimilco, admirado por los aztecas. Por su parte, el achoque, endémico del lago de Pátzcuaro, fue una figura prominente en la mitología purépecha.

El achoque

Según datos de Coordinación de la Investigación Científica UMSNH, su antiguedad es de hasta 370 millones de años. En la zona purépecha, y derivado de la lengua de este grupo, se le conoce como achójki (quizá proviene del vocablo ach-o, que significa lodo, cieno o renacuajo), achoque o achoke.

El achoque en la cultura purépecha es muy importante, sobre todo respecto a la tradición medicinal. A este se le ha asociado con fines curativos vinculados al tratamiento de vías respiratorias, curación de empachos y sofocamientos, y hasta con un remedio para facilitar el parto. También, el achoque se utiliza como alimento por tener un alto contenido energético.

Debido a la lamentable contaminación del lago de Pátzcuaro, la sobreexplotación y otros temas relacionados a la influencia del hombre, para el 2011 el achoque se encontraba prácticamente extinto en el lago, pero una congregación de religiosas que los cría en cautiverio para su conservación desde el 2000, prácticamente lo ha salvado. Se trata de un grupo de religiosas de la orden de predicadores del monasterio de María Inmaculada de la Salud, en Pátzcuaro, Michoacán.

Asimismo, en el 2010 fue registrada la Unidad de manejo para la conservación y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre (UMA) llamada Dumerilii, “con un plan de manejo estructurado y encaminado a la conservación de la especie y del conocimiento tradicional”.

Usos medicinales

El achójki se utiliza como energetizante, revitalizante y reconstituyente del sistema inmune.

“El jarabe hecho con el achoque se usa para tratar afecciones de las vías respiratorias, tos, gripa y neumonía; para dar vitalidad a adultos mayores, niños “éticos” y personas con anemia; o bien, para problemas asociados con la desnutrición; a las mujeres, parturientas o que acaban de parir, se les da caldo de achójki con atole todos los días para que se “alivien”, además de ser reconstituyente para las mujeres en período de lactancia y, finalmente se consume para “curar la tristeza”. Nos dice, la investigadora Tzintia Velarde Mendoza.

Las religiosas lo recomiendan como sigue: “menores de dos años tomar una cucharada cafetera despues de cada comida, mayores de dos años y adultos, una cucharada sopera despues de cada comida.”

En la mitología Purépecha

Entre sus creencias antiguas se cuenta:

Hace muchos años, en la antigüedad, había un dios muy malvado, siempre presumía y hacía cosas malas a los hombres y a los dioses. Entonces, los dioses decidieron deshacerse de él de una vez y lo enviarían al inframundo para que de ahí no pudiese salir y jamás volviera a molestarlos. Sin que se dieran cuenta, el dios los escuchó y en la peregrinación de los aztecas a la tierra prometida (Tenochtitlán), el dios iba pasando por el lago de Pátzcuaro y decidió esconderse ahí para que no lo encontraran, entonces fue como surgió el achoque.

De esta manera, al achoque se le considera un animal sagrado, cuyo origen deviene directamente de la divinidad.

Otras maneras de nombrarlo

Al achoque se le conoce también como “perro de agua”, ajolote, achoque de agua, ajolote de Pátzcuaro, etc.,

Particularidades

No existe una diferencia marcada entre ambos sexos

Son totalmente acuáticos, no presentan morfosis sexual y pasan toda su vida en el agua.

Es un animal elusivo, que se esconde.

Vive en el fondo del lago y su piel consigue una combinación de colores que le permiten camuflarse perfectamente con el ambiente, tiene poca motilidad y cambia de forma.

Su capacidad para regenerar partes de su cuerpo en distintas ocasiones a lo largo de su vida.

Junto con el ajolote, el achoque es uno de los animales más improbables del mundo. Ambos retan a la naturaleza al conservarse en un tipo de estado larvario, su capacidad de regeneración, además, ha llamado la atención del mundo para estudiar su ADN como una vía que ayude a la regeneración de tejidos en los humanos. 

Fuentes: masdemx
Conabio
http://asociacionetnobiologica.org.mx
http://www.turtle-island.at

Originally posted 2017-03-09 12:00:22.

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